Después de una ducha, seduzco a mi compañero de casa para recibir su pene

Después de una refrescante ducha, mi cuerpo brillaba con gotitas de agua, y mis ganas de placer estaban en un punto máximo de todos los tiempos.No pude resistir las ganas de seducir a mi compañero de casa, que estaba convenientemente cerca.Sentí su excitación mientras lo provocaba con mi cuerpo húmedo e invitador.En una tentadora exhibición de deseo, lo atraje, animándolo a explorar mis pliegues resbaladizos con su lengua.Mientras él se adentraba en mí, nuestras respiraciones se hicieron pesadas y nuestros cuerpos se entrelazaron.La habitación se llenó con el intoxicante aroma a lujuria y anticipación.Su hábil lengua trabajaba maravillas en mis palpitantes deseos, encendiendo una ardiente sensación entre mis piernas. Mientras me seguía complaciendo, me vi incapaz de resistir las ganas de tocarme, mi mano moviéndose rítmicamente sobre mis muslos amortiguados.El clímax de nuestro encuentro fue una sinfonía de placer, nuestros cuerpos moviéndose en perfecta armonía.Su toque hábil me llevó a un orgasmo estremecedor, dejándonos a ambos gastados y satisfechos.El silencio postcoital se rompió solo por nuestras pesadas respiraciones y el débil sonido del agua que goteaba de mi ducha.