Masturbación pública en un vestuario de una tienda

Una emocionante prisa de adrenalina lo recorre por las venas mientras se mete en el vestuario, su palpitante miembro anhela la libertad.La tienda se humilla con la actividad, ajena a su privado espectáculo.Comienza a bajarse la cremallera, saliendo su gruesa polla, pulsando con anticipación.Es un exhibicionista, un buscador de emoción que anhela el riesgo de ser atrapado.Su mano comienza a moverse con ritmo, cada golpe envía ondas de placer que se recorrían por su cuerpo.El vestuar se convierte en su escenario, el espejo de su audiencia.Hace un acto de multitud invisible, sus movimientos se vuelven más frenéticos con cada segundo que pasa.Se acumula la tensión, su respiración se atraganta cuando se acerca al clímax.Con un golpe final, potente, se libera, su carga caliente se desparrama por las paredes especulares.Pasó, una sonrisa satisfecha en su rostro, sabiendo que le ha dado una actuación que solo él puede apreciar verdaderamente.Esta es su versión de placer público, un emocionante baile de exhibicionismo y riesgo.