Compañero de cuarto me sorprende usando su sable ligero en mi trasero

En el ámbito académico, donde las habitaciones de los dormitorios son santuarios de estudio y soledad, se despliega un giro tentador.Un joven, profundamente atravesado por el autoplacer, es interrumpido por un visitante inesperado que porta un arma conocida - un sable de luz fálico.Esto no es tu típico entrenamiento Jedi, sino más bien una exploración juguetona de deseos prohibidos.El interruptor, un compañero de dormitoria, está intrigado y excitado por la vista, lo que lleva a un seductor baile de sorpresa y anticipación.El sable ligero, un juguete de elección, se convierte en el instrumento del placer, adentrándose en las profundidades del territorio prohibido.La escena se intensifica en un frenesí de deseo, culminando en una liberación climática que deja a ambos hombres sin aliento y satisfechos.Esta habitación del dormidero, una vez santuario de estudio, ahora hace eco de los susurros de su secreto compartido, un testimonio del lenguaje tácito de lujuria y deseo que trasciende los ahogados pasillos de la ademia.